Se trata de un páncreas biónico que ayudará a las personas que padecen diabetes mellitus tipo 1, sustituyendo al propio páncreas que falla en la producción de insulina.
La diabetes es una enfermedad muy común en México, más común de lo que pensamos, está presente en la vida diaria de muchos compatriotas; hoy por hoy es muy repetido escuchar que “a tu tío, abuelita, primo, le dio diabetes”. Debemos estar conscientes que es una enfermedad genética y seria; si nuestros padres, abuelos, o algún familiar la padece, automáticamente nosotros poseemos una predisposición a desarrollarla en algún punto de nuestra vida.
Cuando decimos diabetes tipo 1 nos referimos a una variante de la enfermedad que es autoinmune, esto es que, debido a un error de codificación genética, nuestro cuerpo comienza a destruir las células beta (productoras de Insulina) del organismo, y hasta la fecha no se sabe a ciencia cierta el origen de dicho error genético. El único tratamiento disponible es la inyección de distintas cantidades de insulina a lo largo del día.
¿Y cuál es la diferencia con el tipo 2?
En el caso de la diabetes tipo 2, el páncreas SÍ GENERA INSULINA, sin embargo, tiende a ser insuficiente o de baja calidad a causa de distintas razones como el sobrepeso, una mala dieta o algún problema hormonal/glandular, lo que desemboca en una mala administración de la hormona en el organismo y se vuelve necesario recurrir a tratamientos orales; en caso de que la enfermedad progrese, se procede a tratamientos de inyecciones subcutáneas como en el caso de la diabetes tipo 1.
Ahora que ya sabemos bien qué es la diabetes y cómo se desarrolla, podremos entender mejor este artículo sobre la solución que Edward Damiano y su equipo nos presentan.
Damiano, profesor del Departamento de Ingeniería Biomédica de la Universidad de Boston (EE. UU.) comenzó con el proyecto Bionic Pancreas por su hijo, que padece de diabetes tipo 1 desde el día de su nacimiento.
El dispositivo consiste en un páncreas biónico bihormonal, el cual contendrá dos hormonas (Insulina y Glucagón), las cuales actuarán, en las palabras de Damiano, como el acelerador y el freno de un automóvil. La Insulina será el acelerador de la glucosa, mientras que el Glucagón hará de freno.
Con el balance de las dos hormonas, el páncreas artificial logrará adaptarse a las necesidades del usuario, evitando picos de hipoglucemia (bajo nivel de azúcar) e hiperglucemia (alto nivel de azúcar en la sangre), logrando mantener el nivel de azúcar en la sangre regulado todo el tiempo.
Este producto actualmente tiene un futuro prometedor, sin embargo, sigue en estudios y pruebas, habiendo superado la fase II de investigación y ganando reconocimiento internacional al ser publicado en distintas revistas científicas de renombre como Lancet, New England Journal of Medicine y Science.
La tercera y última fase de estudios, que dará inicio el primer semestre de 2017, será la encargada de aprobar el producto para venta y uso comercial de acuerdo a las regulaciones de EE. UU. y de la Unión Europea; dichas certificaciones le abrirían las puertas al producto en prácticamente todo el mundo.
Una muy buena idea, y ambiciosa sin duda, es la que nos presenta Edward Damiano; en Prevento ponemos toda nuestra fe en el proyecto para que llegue a buen puerto.