En México, y tal vez en la mayor parte del mundo, estamos a acostumbrados a ahorrar para objetivos inmediatos: comprar un auto o una casa, pagar un viaje o una fiesta; vemos el ahorro como un medio para llegar a un fin que nos producirá una felicidad cercana.
Pero, ¿qué sucede con un plan tan lejano como el retiro? Si tienes menos de 40 años hablar de tus 60 años resulta irreal. Hoy que tu cuerpo está fuerte y que tienes todas tus capacidades al 100% no piensas en ese momento en que ir a trabajar todos los días realmente te pese o te sea imposible. ¿Cómo vas a mantenerte en ese momento? Esa es la gran pregunta que tienes que reflexionar antes de empezar tu plan de ahorro.
El ahorro para el retiro exige constancia y visión.
Al hablar de ahorro para el retiro hablamos de un ahorro a largo plazo. Es difícil proyectar nuestros esfuerzas a una meta que está treinta o cuarenta años adelante. Sin embargo sólo debemos pensar en lo rápido que a veces parece que el tiempo pasa para saber que necesitamos empezar a trabajar desde ahora en esa meta lejana pero vital.
Te ayudamos a enfocar tu mente en esta meta con tres simples ideas:
· Visualízate a ti mismo a los 65 años.
¿Cómo quieres que sea tu vida? ¿Qué planes te gustaría hacer? ¿Te gustaría conocer algún lugar o simplemente pasar tiempo en la tranquilidad de tu hogar?
· Piensa en la realidad económica de nuestro país y los pronósticos financieros para dentro de treinta o cuarenta años.
¿Crees que la tendencia cambie? ¿Crees que pueda suceder un milagro que garantice tu estabilidad financiera?
· Tú eres responsable de tu felicidad
Hoy tú eres responsable de tu felicidad, de brindarte todo lo que necesitas y procurar un bienestar en tu vida. Cuando tengas 65 años, ¿quién lo será?