Mucha gente vive toda su vida despilfarrando el dinero o lo que es lo mismo tirándolo a la basura. ¿Alguna vez has escuchado ese consejo que dice “cuando vayas a comprar una prenda de ropa pregúntate si la usarás al menos 30 veces”? Se trata de un consejo increíble que podría transformar nuestros gastos diarios. La idea de este consejo es antes de gastar reflexiona si realmente es un gasto justificado en tus necesidades o si se trata de un capricho momentáneo.
Cuando compramos cosas que en realidad no necesitamos estamos cayendo en el despilfarro. Para entender este concepto pensemos en cuando vamos a un restaurante y ordenamos más de lo que podemos comer, no terminamos lo que pedimos y ocasionamos que la comida se tire a la basura; sin mencionar que hacemos un gasto que podríamos haber evitado. Igual, cuando compramos ropa que no estamos seguros de usar y la terminamos tirando como “ropa de caridad”. Esto es despilfarro.
Además de dañar nuestra economía personal este vicio provoca daños mucho más grandes de lo que podemos imaginar:
El despilfarro es el inicio de muchos de los grandes desastres ecológicos que enfrenta nuestro planeta.
Es también el causante de la pérdida de fortunas millonarias.
Es el asesino de pequeños y medianos negocios.
Despilfarrar es gastar sin pensar en las consecuencias y por supuesto, sin tener un plan a futuro: Gastar todo lo que se gana. Comprar más de lo que se necesita. Despilfarrar es desperdiciar los recursos que nos han sido dados sin pensar en qué sucederá el día que estos se terminen.
Es importante actuar de forma consciente al momento de gastar y comprar. Así que, cada vez que vayas a desembolsar una cantidad de dinero, pregúntate si esa compra es realmente indispensable. Algunas preguntas clave son:
¿Lo voy a usar más de 30 veces?
¿Lo puedo comer todo?
¿Lo necesito para vivir?
¿Es una necesidad básica?
¿Afectará drásticamente mi economía?
¿Va a terminar en la basura?
Seguramente te vienen a la mente muchas más…